Era Mauro hijo de una ilustre familia romana, pero habiéndolo dejado todo por seguir a Jesucristo, llegó a ser una de las más ilustres figuras de la Orden benedictina. Fue amigo predilecto de San Benito, exacto cumplidor de la Regla y fiel imitador de su Pastor y Maestro, que le había educado desde su más tierna infancia. Era modelo de virtudes, principalmente de obediencia y humildad. Hizo muchos y portentosos milagros. He aquí algunos: andando sobre las aguas de un estanque salvó la vida a Plácido, religioso joven, que se ahogaba entre las ondas; dio la salud a uno que se cayó de la torre de un castillo y quedó medio muerto; devolvió la vista a un ciego a la puerta de una iglesia; adivinó la hora de la muerte de San Benito, su fundador. Mauro se estableció en Francia después de varias dificultades, mereció que su fama de santidad se divulgará por todas partes, lo cual le atrajo machos y valiosos súbditos, como el ilustre Floro, alma del Gobierno, a cuya ceremonia de vestición del santo hábito benedictino asistió el mismo Teodoberto I, rey de Austrasia y de Borgoña. Gran lección fue ésta para toda la corte, a causa del triunfo que obtenía Floro sobre el mundo, que tanto le sonreía. Atacado Mauro de un recio dolor de costado, acabó el curso de esta vida mortal para ir a gozar de la eterna, a los 72 años de edad, el 15 de enero del 584.
Títulos
Abad
Festividad
01 Enero
Su nombre significa
Oración