Después de una juventud licenciosa, Salvio abandonó las riquezas heredadas de sus padres y se retiró a un monasterio que él mismo mandó edificar. Fue arrancado de su soledad para ocupar la sede episcopal de Amiens, vacante por muerte de San Honorato. Su caridad, su inexorable penitencia, su mortificación y el amor con que socorría a los pobres, hicieron de él el padre de todos. Fue una verdadera lumbrera de la Iglesia, y por su mucha virtud y ciencia, mereció ser conejero del rey. Finalmente, coronado de gloria en la tierra voló al cielo en el año 715.
Títulos
Obispo de Amiens
Festividad
11 Enero
Su nombre significa
Oración